UN ARCO IRIS LLENO DE... NUEV@S GIGANTES

¡¡Hola papis y mamis!!

¡Qué emoción! ¡qué felicidad! ¡Comienza una nueva aventura!

Ya sabéis que el día uno de Septiembre comenzamos una nueva aventura. Ahora somos gigantes y tenemos la obligación de dejar el listón bien alto en esta Escuela. Ya no somos futur@s gigantes, como antes, no. Ahora somos los mayores de la Escuela y este año tenemos la obligación de hacer que nuestr@s compañer@s más pequeñ@s se sientan en casa, tal y como nos sentimos nosotr@s. Atrás quedaron ya esas dos semanas de periodo de adaptación que hemos vivido. Pero claro, seguro que más de un@ de los que nos leéis queréis recordarlo.

¡¡Pues allá vamos!!

Los primeros días de Escuela invitamos a nuestras familias para que ell@s nos ayudaran a sobrellevar el principio del periodo de adaptación. De esta forma, al sentirlos cerca, nos creamos la idea de que ell@s pueden estar en la Escuela siempre que queramos con nosotr@s, y el sentimiento de abandono desaparece.

Es por eso, que en nuestra Escuela se minimizan mucho los llantos en este periodo. Mayor tranquilidad para nuestras familias, mayor felicidad para nosotr@s, menor dolor de orejas para Alicia :)

Acompañad@s de nuestros familiares, Alicia nos invitó a desarrollar algunas actividades. Ella quería conocer cuál era nuestra predisposición después de las vacaciones. Días después nos comentó que lo hicimos muy bien, que se nota que ya somos más maduros y que nuestras ganas de aprender y conocer nuevos materiales se ha incrementado. 

Seguramente recordáis que esos primeros días nuestra atención era mínima, pero la felicidad ante un nuevo estímulo era máxima. Pues es normal, nuestro nerviosismo al vernos de nuevo tod@s juntos hace que nuestra capacidad de atención disminuya, pero os adelantamos que ya eso ha pasado.

Los primeros días pasábamos de una actividad a otra en cuestión de minutos. Nuestro cuerpo nos pedía muchas experiencias.Jugábamos en un rincón y corriendo nos íbamos a otro, dejando un rastro de juguetes a nuestro paso.

Alicia, sin decirnos nada, los iba recogiendo y poniéndolos en su sitio.

Poco a poco, y en concordancia del aumento de horas por jornada en la Escuela, nuestro cuerpo se iba relajando y hasta nos apetecía hacer alguna que otra relajación.

Además este año estamos enamorados de nuestros cojines y nos encanta tumbarnos.

También, poco a poco, nuestras asambleas se van alargando. Al principio, habían días que ni hacíamos. Es que nos echábamos tanto de menos que solo queríamos jugar. Alicia decía que nos veía tan a gusto que le daba hasta reparo molestarnos. 

Y a medida que nuestro cuerpo se relajaba, actividades que requerían más concentración iban apareciendo en nuestro día a día.

Como el día que llegó el cartero con el arsenal de agendas a la Escuela. Se nos ocurrió que sería muy buena idea pintar la nieve que venía dentro de la caja para enfrentarnos, de una vez por todas, a ese primer momento de pintura.

¡¡Y lo hicimos genial!!

Ahora parece que nos gusta más pintar que cuando éramos futur@s gigantes. ¿Lo recordáis? Alguno@s no queríamos un pincel en pintura ni de lejos jejejej.

Ahora somos tan gigantes que hasta nos lavamos los dientes al terminar el día...

...Pero de eso ya os hablaremos la semana que viene

¡¡Hasta pronto!!